lunes, 1 de julio de 2019

Mandolina Salvador Ibáñez Restauración parcial

El instrumento que nos ocupa esta vez es realmente antiguo, después de buscar documentación basada en su etiqueta podemos afirmar que es del período 1910~1950, si bien por el aspecto situaría su nacimiento como muy tarde en la década de los años 30 del Siglo XX. Aunque no presentaba muy buen ídem, parece que al menos no ha sido víctima de anteriores "malas" restauraciones:
Izquerda antes y derecha después de las intervenciones
Para empezar, quiero dejar claro que no soy ni mucho menos un experto en este tipo de instrumentos acústicos antiguos, pero tengo algunos de la época para restaurar y así mejora mi experiencia en esto. El dueño de esta mandolina de estilo napolitano sólo tenía la intención de dejarla presentable para colgarla en la pared como un objeto decorativo, aunque yo estoy convencido que se podría conseguir su plena operatividad. Pero eso significaría, sobretodo, solucionar el tema del clavijero, que aunque seguro es el original, no está completo. Así que solucionaremos los temas más importantes en espera que algún día desee devolverlo alguien a la vida.

Cuando llegó a mis manos, presentaba exactamente este aspecto:


Aquí podemos observar que ha sido encolada cierta parte de la caja armónica con cierto conocimiento y el resultado ha sido correcto. Procedemos a retirar las sujecciones y esto es lo que nos encontramos:




El primer "descubrimiento" es el de constatar que se trata de un instrumento fabricado en Valencia por Salvador Ibáñez e Hijos, el famoso constructor de finales del XIX hasta mediados del XX, y que, posteriormente, dió luz a la marca japonesa Ibanez (lo que es otra interesante historia):

Etiqueta del tipo del instrumento, datada entre 1910 y 1950

...así que es un instrumento de cierto valor en el que desde luego vale la pena invertir horas de trabajo y materiales para dejarlo, cuanto menos, bastante presentable.

Lo primero que hicimos fue una limpieza muy a fondo del instrumento, lo que parece fácil pero la "roña" tiene bastantes décadas; ablandarla y retirarla fue un proceso delicado y trabajoso, puesto que en ningún momento queremos alterar el aspecto añejo de un instrumento venerable como éste. El producto principal usado para realizar la limpieza fué un jabón neutro desengrasante, frotando con paños blancos de algodón ligeramente humedecidos, pues la madera más seca ya no puede estar, y hay que evitar que absorva el agua. Hay que frotar suavemente y secar rápidamente por ese motivo.

Aquí haré un inciso para referirme al libro de la siguiente foto, que es muy adecuado para conocer las técnicas para la conservación, puesta a punto y restauración de instrumentos de cuerda pulsada. En él hallaremos las técnicas correctas para lidiar con estos asuntos. Muy recomendable:

Guitar Repair de Irving Sloane

Bien. Ahora que está limpio, observamos mejor las carencias que presenta. Hay partes que se están desencolando por los años y que va a ser necesario sujetar adecuadamente. Utilizaremos la cola Titebond, que es la que mejores resultados ofrece para encolar madera. Aunque exteriormente lo parece, tiene una extraordinaria resistencia una vez bien seca, nada que ver con la tradicional cola blanca.



Para sujetar la unión, sencillamente hemos recortado la punta de una pinza de la ropa para que quepa en el agujero:


Una vez seca la cola y limpias las partes, vamos a realizar un primer tratamiento de hidratación a esa madera antigua y absolutamente seca. Esto la hará menos quebradiza durante el tiempo necesario para proseguir la restauración. Empezaremos por hidratar el Diapasón (previamente hemos lijado suavemente los trastes con una lija del 800) con aceite de limón, que penetra muy bien en la madera hidratándola de manera adecuada:




También haremos lo propio con la madera de la tapa, utilizando además un producto tratante en base natural diseñado para el cuero pero que también funciona perfectamente con la madera, además del aceite de limón. En la siguiente imagen podemos apreciar la mejora del aspecto:


Luego, profundizaremos más en el tema, ya que la limpieza e hidratación ha hecho visibles ciertos aspectos, como es el del barniz añejo. y su "crakelado". Ahora, vamos con la solución al problema principal, que es la falta del binding en una parte considerable de la tapa. Esto lo vamos a arreglar utilizando una madera de aspecto y color similar, aunque no igual, pues en este caso no es un problema que se aprecien las restauraciones en lugar de tratar disimularlas al 100%. Así que trabajaremos la madera para hacerle sitio al nuevo material:


En este punto voy a mostrar (siguiente foto) los materiales usados. De la cola y el producto tratante ya hemos hablado, y ahora lo hacemos de la masilla para madera en tono oscuro:


Este material se adhiere fuertemente a la madera (más si está tan seca), y sirve para rellenar perfectamente cualquier hueco que haya. Hay que ir con cuidado, eso sí, de limpiar bien el exceso de masilla y de cola, y preparar bien un sistema de sujección del listón, para que permanezca en su sitio mientras se seca todo el conjunto. 

Esta operación es delicada y es mejor no colocar la cola si no estamos absolutamente seguros de que las piezas va a permanecer en su sitio. Es por eso que es recomendable colocar primero un listón y después, cuando esté bien seco y sujeto, el otro:






Y como ese segundo listón ha de colocarse transversalmente para que alcance mejor el borde, va a ser necesario un pequeño tratamiento para curvarlo adecuadamente, y que consiste en humedecerlo en agua bastante caliente y cuando esté bien húmedo, sujetarlo en una madera mediante clavos para que mantenga en lo posible su curvatura después de estar seco y antes de proceder a encolarlo:



Con estas cosas solucionadas, pasamos a otros asuntos. Primero, el de la pintura en la parte de la pala cercana a la selleta. A la izquierda el aspecto que presentaba y a la derecha su solución, que no consiste en más que utilizar una pintura de aspecto similar para cubrir ese defecto. Cuando esté seca, brillará menos y se acercará mucho más al color original:


Por otra parte tenemos el asunto de la decoración, bajo la boca se encuentra un trabajo muy bonito, pero lamentablemente el tiempo ha despegado todo el conjunto, así que va a ser necesario extraerlo para después reencolarlo de nuevo. Aquí es extremadamente fácil que ser rompan piezas y eso es lo que ha ocurrido, pero después de ser encolado el conjunto disimularemos las grietas con la masilla y pintura de un tono similar para que quede lo más integrado posible. Limpiamos bien y colocamos la cola bien repartida con un pincel antes de reubicar las piezas:


Ya no falta tanto. En lo que respecta al clavijero, si bien no está completo, hay que darle la mayor dignidad posible y es lo que haremos: reconstruiremos el botón roto con masilla de dos componentes y lo someteremos a un proceso de limpieza mediante bicarbonato y vinagre de limpieza y después a un buen engrasado para devolverle la funcionalidad. Es una pena que falte una clavija completa, pero de momento poco podemos hacer:






En las imágenes superiores se observa el proceso de limpieza y "semirestauración" de los clavijeros. En la fotografía de fondo rojizo podemos ver la diferencia entre los clavijeros: arriba, limpio y engrasado, abajo antes del proceso.

Otra cuestión para el debate: ya que hacer esto es observar y tomar una serie de decisiones, después de ver el aspecto del barniz original, su cuarteado, y comprobar que se desprendía fácilmente (aparte de contener gran cantidad de mugre), opté por retirarlo lo más cuidadosamente posible, tratando de no dañar la madera. En la siguiente imagen se aprecia muy bien la diferencia entre el sector sin barniz y la barnizada en origen, que, a pesar de haber sido limpiada al máximo, seguía mostrando un aspecto más viejo que antiguo:

    

Y claro, algunos dirán que he cometido un "sacrilegio" retirándolo, mientras yo no veo que aporte nada en especial. Si tuviera un aspecto espléndido desde luego no lo hubiera retirado, pero... en cualquier caso pido perdón si le ha molestado a algún purista mi acción.

En fin. Una vez hecho esto, montadas las partes metálicas, barnizado de nuevo con goma laca (en mi opinión el barniz menos invasivo para estos instrumentos, y colocado algunas cuerdas "falsas" de hilo de pescar, este es el resultado:


Para mí lo ideal, en todo caso, sería poder disponer de un presupuesto mínimo para llevar el instrumento al estado que se merece, es decir, que se pudiera tocar, pero eso quizá sea posible algún día, nunca se sabe... Gracias por llegar hasta aquí, deja tus comentarios si tienes alguna cuestión relacionada y si te ha gustado comparte libremente, es de gran ayuda para mí. Muchas Gracias y hasta pronto!

2 comentarios:

  1. Muchas gracias, aquí de lo que se trataba era de devolverlo a la vida, que sonara otra vez como cuando nació... por desgracia su dueño sólo lo quería como objeto decorativo. Si hubiese sido mío sí lo hubiera llevado a un estado funcional. Un Saludo!

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