Se aprecia rápidamente que la calidad de sus componentes así como su construcción en general, lo sitúan en una categoría inmediatamente posterior a la de juguete. El "problema" es que no son instrumentos capaces de resistir el maltrato habitual al que le someten los niños. El problema principal (el estado antes de la reparación) lo podemos apreciar en la siguiente imagen:
Para reparar la clavija que ha perdido las piezas, usamos restos de instrumentos que tenemos en el "cajón de sastre" de las piezas recicladas. Empezaremos por desmontar la clavija de su lugar para insertar en el agujero de la pala la pieza que permite mantener la clavija en su sitio:
Después, podemos utilizar un sargento conveniente protegido para empujar mediante presión la pieza a su lugar:
En ese punto, ya podremos solucionar el siguiente problema, la falta de la palometa de la clavija. Utilizaremos una de guitarra, que es más grande y de color diferente, pero con el mismo sistema básico. Para introducirla en el pivote usaremos el tornillo de banco:
Aquí hay que tener la precaución de mantener las dos piezas alineadas mientras efectuamos presión sobre el tornillo para introducir el metal en el agujero del plástico sin romperlo.
Una vez logrado, es cuestión de colocar la clavija en su lugar:
Para finalizar el trabajo, le daremos un ligero tratamiento a la madera del diapasón con aceite de limón, para nutrir la madera y mejorar su tacto:
Finalmente colocamos la cuerda suelta y afinamos el instrumento. Con un par de piezas de recuperación hemos devuelto a la funcionalidad un instrumento que de otro modo habría acabado en la basura!
Espero que éstas líneas e imágenes sean útiles para cualquiera. Gracias por leerme, nos vemos pronto!